RECUERDOS DEL TREN

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Tomo el meme que me pasa Matias.En que brete me has metido!!! Lo cumplo y lo paso a Segun Patala;Tolenti;Perica y Alberto Colombo.¿Asi debo hacer?...Bueno ,no importa,si no es asi lo rectificamos.Va mi pequeña historia...
En mi Bahia Blanca natal,no he tenido mucho tren porque existía un servicio a Buenos Aires, otro a San Antonio Oeste que combinaba con el de Bariloche via Jacobacci y dos trenes locales que te llevaban a Ing.White (guaite decían los locales) y el otro a Sierra de la Ventana. Haciendo memoria recuerdo un viaje a los 15 años a Sierra,en el que viaje acompañado por
Manuel M.M, Juanjo E. , Alejandro L, Marito D..Alberto G. y creo que el Loco Forte…¿Qué será de la vida de todos ellos a quienes he perdido de vista hace mas de 40 años?!
Nuestra mayor aventura a bordo del tren era cantar folklore. Manuel y Juanjo lo hacían muy bien y los otros desafinábamos intentando parecernos a “Los Chalchas”. Decíamos que nuestro no conjunto se llamaba “Los Quirquinchos”.
Este ejercicio también nos servia para ir abriendo nuestro apetito y llegar famélicos a “El Sibarita” donde comíamos 5 platos por 5 pesos de alguna moneda argentina de aquella época ,que quien sabe cuantos ceros menos tendria.
Uno de los motivos del viaje era intentar la reconciliación amorosa de Manuel con MML a quien el había abandonado. Quien escribe era el intimo amigo de MML y por ende el informante del sufrimiento de mi querida amiga por el amor perdido y no correspondido por Manuel.
MML esperaba en Sierra de la Ventana junto a dos amigas la llegada del tren. Manuel no lo sabia.
Entre mate y guitarreada, llegamos a destino. Pero diez metros antes del anden el tren se detuvo abruptamente. Alguien se había tirado a las vias.
¡ Era MML! En realidad se había acostado en las vias unos 30 mts mas adelante del lugar donde debía detenerse el tren. Tiempo después me confesó que lo había ensayado puntillosamente en los días anteriores.
En resumen, con gran vergüenza fuimos los amigos a rescatarla y ,mientras la puteábamos, ella nos mentía que había sufrido un desmayo. ¿Manuel? Ni se acercó. Y cuando llegamos a El Sibarita ya había comido el segundo plato.